El caso es que me harté de recibir día sí, día también el mismo MMS de publicidad de una de sus tarifas de voz.
Llamé al 123 muy cabreado y diciendo que o me dejaban de llegar esos mensajes o me daba de baja de la compañía.
La telefonista de turno tomó nota de todo y pasó la reclamación al departamento oportuno, asegurandome que recibiría una respuesta en las siguientes 24h.
Han sido casi 48 las horas que han pasado hasta la respuesta, pero parece que ha merecido la pena.Aseguran (¿Apostamos?) que han desactivado el envío de publicidad a mi número y además, en la próxima factura obtendré un 20% de descuento como compensación por las molestias recibidas.
Quejarse, a veces, tiene su recompensa (más allá del desahogo).
No lo olvideis, el que no llora no mama.


